Shalom: Una Paz Completa.



El término hebreo "Shalom" va mucho más allá de nuestra comprensión occidental de paz. No se refiere solo a la ausencia de conflicto, sino a un bienestar completo, una plenitud y armonía que solo puede provenir de una relación profunda con Dios.

Isaías 26:3 nos dice: "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado." Esta "completa paz" es precisamente el "Shalom". Es la paz que, incluso en medio de las tormentas de la vida, nos mantiene firmes y seguros, sabiendo que somos cuidados por un Dios amoroso. 

¿Por qué es tan especial el Shalom de Dios? Porque es una paz que proviene de la plenitud. Es el resultado natural de una vida en sintonía con el Creador. Una vida que, a pesar de las circunstancias, sabe que todo coopera para bien.

En Juan 14:27, Jesús dijo: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo." Esta es la promesa del Shalom en su máxima expresión. Es una paz que el mundo no puede dar ni entender. Es una paz que trasciende el entendimiento.

Para experimentar el Shalom de Dios, uno no necesita retirarse a un monasterio o huir de las realidades del mundo. Más bien, se trata de sumergirse en la realidad de Dios, de permitir que Su presencia llene cada rincón de nuestra vida. Es saber que, pase lo que pase, Él está con nosotros.

Hoy, mientras enfrentamos desafíos y tormentas, recordemos esta profunda verdad: El Shalom de Dios está disponible para nosotros. No es solo una paz pasajera, sino una plenitud que satisface, envuelve y fortalece. Que tu oración hoy sea para recibir ese Shalom en cada aspecto de tu vida, y que tu corazón se regocije en la plenitud que solo Dios puede dar.

No hay comentarios.