¿Qué es la Inerrancia e Infalibilidad de la Biblia?



En círculos conservadores se emplean estos dos términos para explicar la autoridad de las Sagradas Escrituras. El mártir de la traducción de la Biblia, Wycliffe, habla de la Escritura corno «infalible». Esta cualidad «significa que nunca decepciona, ni equivoca, ni engaña, por lo que la Biblia es de total confianza y fidelidad». 

Con ello se expresa la convicción de que toda su enseñanza es la enseñanza de Dios que no puede mentir. Inerrancia se refiere a la veracidad de una fuente de información. Aplicado a las Escrituras, esta palabra indica que ellas están libres de falta o error en su enseñanza. Aunque los términos «infalibilidad» e «inerrancia» no son sinónimos, cuando se usan en relación con la Biblia, se refieren casi a la misma idea, que las Escrituras son veraces y fidedignas palabras de Dios. 

La iglesia cristiana siempre ha sostenido la idea de que la Biblia es completamente veraz y sin error. La Confesión de Westminster (1647) habla de la «verdad infalible» de la Biblia. Clemente de Roma (90-100) afirma que, en «las Sagradas Escrituras que son dadas por medio del Espíritu Santo ... no e ha escrito nada inicuo o falsificado». 

Agustín añade: "Creo muy firmemente que ninguno de estos autores (canónicos) ha errado en nada respecto de su escritura». Si la Biblia no fuera un libro en el que pudieramos confiar, si sus relatos no fueran auténticos ni sus doctrinas verdaderas, entonces no tendría- mos buenas nuevas para predicar y nuestra fe carecerían de base firme. Seríamos, como dice el apóstol en relación con la resurrección, "los más dignos de conmiseración de todos los hombres» (1 Ca. 15:19). 

Podemos confiar plenamente en la infalibilidad de las Escrituras a pesar de que no se caracterizan por la especificidad y exactitud de los libros modernos. Sostenemos que cual- quiera afirmación de un autor inspirado es verídica y fidedigna cuando se interpreta correctamente a la luz de su cultura e intención. 

Aunque la inerrancia corresponde técnicamente a los au- tógrafos' las copias y traducciones son infalibles en la medida que reflejan los originales. Los eruditos conservadores afir- man que ninguna doctrina esencial es afectada por errores. Aseveramos que la Biblia no miente ni engaña; no enseña nada que sea erróneo o falso. Sus narraciones de las obras de Dios son correctas, sus promesas y advertencias se cumplirán al pie de la letra; sus enseñanzas son verdaderas. Las Escritu- ras poseen una autoridad absoluta. 


Fuente: Teología Evangélica, Pablo Hoff


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