Soy Extremadamente valioso para Dios










“Dios pagó un alto precio por ustedes, así que no se dejen esclavizar por el mundo”. 1 Corintios 7:23 (NTV)





Dios dice que no sólo eres aceptado, también eres valioso.


¿Cuánto crees que vales? No estoy hablando de tu patrimonio neto. Estoy hablando de tu autoestima. Nunca confundas tus objetos de valor con tu valor como persona. Puedes ser rico o pobre, pero no tiene nada que ver con tu valor como persona.




¿Qué determina el valor de algo? Estas son las dos cosas principales:


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  1. Depende de lo que alguien esté dispuesto a pagar por ello. ¿Cuánto vale tu casa? Probablemente no tanto como te gustaría que valiera, y tal vez no tanto como valía hace un año. Tu casa vale lo que alguien esté dispuesto a pagar, no más.




    ¿Cuánto vale una tarjeta de béisbol? Para algunas personas, no vale nada. Para un coleccionista, podría valer mucho dinero. ¡Algunas personas están dispuestas a pagar miles de dólares por una tarjeta de béisbol!


    ¿Cuánto vale una obra de arte? Lo que alguien esté dispuesto a pagar por ella.


  2. Depende de quién lo haya tenido en el pasado. A veces, algo es valioso debido a quién solía poseerlo. Por ejemplo, ¿un carro de Elvis Presley sería más valioso que un automóvil de tu propiedad? Probablemente. ¿O sería una guitarra más valiosa porque era propiedad de John Lennon? Leí acerca de un par de zapatos para baloncesto apestosos, malolientes y usados, que se vendieron por $ 190,373 en una subasta porque alguna vez los usó alguien llamado Michael Jordan.



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En función de estos dos factores, ¿cuál es tu valor? Pregúntate: “¿A quién pertenezco?” y “¿Cuánto pagó por mí?” La Biblia dice: “Dios pagó un alto precio por ustedes, así que no se dejen esclavizar por el mundo”. (1 Corintios 7:23 NTV).


Has sido comprado y Cristo pagó por ti. Perteneces a Jesús. ¿Cuánto vales?


Ahora pregúntate: “¿A quién pertenezco?” La Biblia dice que perteneces a Dios. Dios intercambió a su propio Hijo por ti. La cruz demuestra tu valor. Jesús pagó un alto precio por ti. Eres increíblemente valioso. Nadie ha pagado un precio mayor que el que Dios pagó por ti. ¡Eres aceptado, y eres valioso!


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